Hay quien dice que la vida nunca deja de sorprenderte...y estoy de acuerdo. A veces no se puede evitar que sea para mal, pero otras lo hace de manera increible. Ayer la vida me deparó una de esas que nunca te esperas. ¿El protagonista? Mi hermano, alegría por partida doble. Y es que aquí el chico se descolgó con un regalo navideño espectacular..."vale por un viaje a New York y dos entradas al Madison"...ahí es nada! Total, que de tanto escuchar que me encantaría cruzar el charco y visitar la Quinta Avenida se puso a investigar por Internet, hizo cuentas y demás y ayer me sorprendió con una invitación para irnos los dos unos días a visitar los United States of America. Febrero o marzo se postulan como meses más probables, las noches de hotel correrán a mi cuenta, pero eso es lo de menos. Años de duro trabajo han dado sus frutos y, mi hermano, poco dado a los detalles y a demostrar su cariño ayer me dejó sin argumentos. Con cosas como estas como no voy a decir que es el mejor hermano del mundo...(y yo la mejor hermana del mundo, jejeje).
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